• Me llamo Cristián y desde niño viví en la Araucanía. Cada fin de semana era sinónimo de ir al campo: bosques, caballos, lluvia, barro y vida familiar. Ahí aprendí a disfrutar y conectarme con la naturaleza y el lindo paisaje de nuestro país.

    Fue en ese mismo campo que mi abuelo hace más de 40 años trajo los primeros ciervos rojos: tres hembras y dos machos. Se reprodujeron libremente y con el paso de los años los podíamos observar en los potreros: imponentes, nobles y mirando atentos con una mirada profunda que parece querer decir algo. Lo que siempre me llamó la atención de estas maravillosas criaturas eran sus astas, su cornamenta que los hace parecer más grandes y fuertes. Esperaba con ansias la llegada del invierno, pues ahí se produce el desmogue, que es el proceso natural mediante el cual los ciervos cambian su cornamenta. Recorríamos cada potrero con mis hermanos recogiendo estas astas con las que jugábamos, hacíamos manualidades y artesanías: adornos, lámparas, etc.

  • Este amor por el campo y la naturaleza me llevó a estudiar agronomía, ya recibido partí por un año a Nueva Zelanda a trabajar en un criadero de mis tan apreciados ciervos. Ahí comprendí que la cornamenta no solamente servía para lo que yo sabía de niño, sino que su rico contenido de nutrientes: vitaminas y minerales, lo volvía un excelente hueso (mordedor) para perros.

    Al volver a Chile sentí la necesidad de ofrecer este producto, mezclando por un lado el cariño por los ciervos y ofrecer una solución novedosa y natural para perros, que han pasado de ser una mascota a verdaderos compañeros de vida para cada vez más personas.

    Es así como nace ¨Doggo¨. Queremos revolucionar los mordedores para perros en Latinoamérica. Hoy estamos instalados en Chile, donde nos dedicamos a producir cientos de huesos para perros provenientes de las astas del ciervo rojo.